Coatlicue inaugura ofrenda de Día de Muertos en el Anahuacalli

31/10/2012 - 9:17 pm

México, 31 Oct. (Notimex).- Con una visita guiada, a cargo de la Coatlicue, madre de Huitzilopochtli, y el grupo Teatral Itinerante, autoridades del Museo Diego Rivera Anahuacalli inauguraron esta noche su Magna Ofrenda por el Día de Muertos.

Celebrado en el espacio museístico, situado al sur de esta ciudad, la ofrenda que plantea una alegoría a la muerte, como el último viaje, es un homenaje a la vida y obra de Diego Rivera (1886-1957).

En ella, se representa un tren con personajes de la historia mexicana, realizados en cartonería por la famosa familia Linares: Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Maximiliano de Habsburgo, Francisco I. Madero, Emiliano Zapata y Pancho Villa, arriban a un vagón que los lleva al más allá.

Además, se incluyen escenas cotidianas del México revolucionario, inspiradas en los grabados de José Guadalupe Posada, como La pulquería, La fritanguera, Doña Tomasa y Simón el Aguador.

En la ofrenda, ubicada en la Pinacoteca de este espacio cultural, destaca, también, una gran imagen del muralista guanajuatense que se exhibe al centro, rodeada de diversas artesanías del Estado de México, Morelos e Hidalgo.

Adornado con las típicas flores de cempasúchil, también llamadas ‘flor de muerto’, y papel picado, el altar cuenta con hojas de tamal y semillas de frijol, arroz y maíz, a manera de motivos.

De acuerdo con autoridades del museo, la ofrenda es una práctica realizada por más de medio siglo y materializa el amor del muralista por el pueblo de México, así como los deseos de él y su amiga Dolores Olmedo por exaltar los usos y costumbres más recurrentes en el folclor mexicano.

Previo a la apertura, la también llamada “Diosa terrestre de la vida y la muerte” ofreció a los asistentes un recorrido por el museo y ofreció narraciones referentes al significado de la muerte según la cosmogonía prehispánica.

Asimismo, fueron inauguradas dos exposiciones, la primera titulada “Muerte”, del fotógrafo chileno Mauricio Toro Goya (1970) y la segunda, “Retrospectiva”, de Joel Rendón.

En el primer caso, el chileno presenta un total de 13 imágenes en las que la muerte aparece como un personaje cercano a hombres y mujeres, como amante, compañera y testigo de escenas etéreas.

La colección, informaron, nació a partir de la muerte de su padre hace dos años, justo antes de que el fotógrafo realizara un viaje a México para profundizar su investigación en técnicas del siglo XIX, como los ambrotipos.

En la serie, Toro Goya explora de manera íntima el acercamiento que los seres humanos tienen con la muerte, dependiendo de cómo ésta llega a cada persona y cómo la asume.

De igual manera, reflexiona a partir de la dictadura chilena, con situaciones como las del 11 de septiembre de 1973, cuando bombardearon el Palacio de La Moneda, y Augusto Pinochet retoma el poder.

Por su parte, Joel Rendón exhibe un total de 100 obras con las que genera un movimiento de revaloración del grabado popular.

Sus grabados son resultado de sus estudios sobre la muerte y las tradiciones mexicanas; además de que su obra gráfica rescata la iconografía popular mexicana y negocia de manera eficaz con temáticas y elementos del México moderno.

La particularidad de reinterpretar mitos prehispánicos e incluso mezclarlos con narrativas propias, renunciando así a las típicas representaciones de estos mitos, es una característica del trabajo del artista.

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